martes, 25 de diciembre de 2012

Vana Esperanza


Cuando las olas estrellan su vaivén contra la arena
el salado que resulta ser amargo cubre mi esperanza
revolviéndose cual pluma que sale volando sin rumbo.

No existe ya un horizonte, se ha perdido en la bruma 
que transitando entre los huecos y la nada, 
se adueña de mi desnudez, del desparpajo ambivalente 
que por un instante, por uno solo...tocaste.

Amo tu estilo y lo odio al mismo tiempo.
Lo primero porque lo percibo espejo transparente
que me devuelve, por momentos, lo que soy yo.
Lo segundo porque no es evitable lo ríspido.

Y trasciende mas lo último, se encaja,
crea vacíos pretenciosos, invaden espacios de luz
y lo rechazo...huyo despavorida.
Me rescato a tiempo de esta cruel estampida
de desamor, de silencios,
de todo y de nada.

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