Fluye en mis entrañas
un vacío inerte,
mientras sacudo agitadamente el curso de
mis pensamientos
de lo que siento,una saciedad
inexistente,
torrente de cicatrices acuosas que se
deslindan
limítrofes sensaciones sin nombre,
dueños de un ayer que aun se
desplaza
en la gravedad tangible del aire,
azotando mis pliegues
remozando las grietas de mi curtida
existencia.
Los más de 200 años de
una pasión
marcada por
una vorágine perenne
huesos atrofiados que marcan pausas
y luego corren su huida
sueños desvencijados,
llenos de polvo
haciendo realidad el deseo de...tenerte.
Muero por bailar al son de
una melodía suave, sinuosa...
de esas que te llevan de la mano
hacia un irremediable y profundo contacto de
caderas,
de intimidades ilimitadas,
despertando volcanes largamente dormidos,
provocando brumas y espumas de pasiones
innombrables,
las que se descubren por si solas,
diciendo nada...
solo tu mirada y la mía.
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