Y cuando
mas encandilado están tus sentidos,
cuando la aurora se enciende en sentida
brisa
se separan los labios enjutos,
cual
primavera herida
por hojas secas,
por el lejano horizonte
que grita vientos tibios
por la templanza inmisericorde de
un huracán que ruge tus lagrimas
y sé que por mi desmayas...
Y expande su lógica el
maestro,
destejiendo el misterio de mis palabras
que suenan plenas...pero incomprensibles
mas tú, mi querido Yoruba,
orillas tu
instinto hacia mi perenne agonía
desterrando para siempre
la inconsciencia que me azota
y me traes de regreso hacia la cordura
que yace intacta en tu regazo.
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