Mi día fue muy agitado hoy, Doy
gracias a Dios por eso.
Hoy enfrenté momentos de injusticia en el
trato a una paciente con SIDA, por descuido, por negligencia y
me sentí impotente, mientras la observaba con unas ganas inmensas de
vivir, igual que mi amigo que murió mientras estaba yo en Puerto
Plata y no pude hacer nada.
Hoy tuve que tragarme el abuso de poder de
alguien que cree que tiene a Dios agarrado de la corbata, mientras pone en
juego mi sustento económico.
Hoy fui testigo de lo imposible que es dar
lo que no se tiene.
Hoy me di cuenta que no se acaba el mundo
si no chequeo mi correo hasta que llega la noche o el otro día.
Hoy reconocí el valor de
compartir un buen momento sin reservas, sin disputas, sin temores, solo
compartir un buen momento.
Hoy pude equilibrar la tristeza, el
dolor físico y el ánimo encogido: se convirtió en sacar lo
mejor de mí para garantizar el bienestar del otro.
Hoy fui valorada en
una dimensión que no conocía: mis ojos, mi sonrisa, hasta
la expresión de mi rostro cuando algo me preocupa, mi forma de
gesticular al hablar, mi no decir nada... tendré que observarme un
buen rato en el espejo para ver eso. A lo mejor me enamore un poco mas de mi,
sin ánimo narcisista.
Hoy amé un poco más a la gente,
sin distinción, solo amor.
Hoy me sentí tan vulnerable.
Hoy sentí a Dios tocar mi hombro
y descansarme. Él lo hace a través de muchas acciones, situaciones,
pero hoy fue especial...hoy ha sido especial.
Hoy le gané una batalla más a
la sinrazón.
Hoy te quiero una pizca más.
Hoy.
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