A ti, que fluyes como mar bravío
noctambulizando
mis noches
tornando
mis respuestas silenciosas en
otoños
que se deshojan, cual rama sin aliento.
Neutralizando
mis porqués, mis cuándos,
invernando
en este desparpajo sombrío,
obstaculizando
el retorno a la seguridad de mis sentidos.
Anclas
en esta débil arena,
llenando
aun mas mi naturaleza inquieta
manejando
mis versos, mis letras.
Observando
a distancia,
navegando
como barco ebrio
tamizando
mis amores, mis lagrimas y mis risas
elevando
la figura y el achis del Yoruba.
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